domingo, 2 de agosto de 2015

Gigathlon: Besando el suelo

En episodios anteriores...
Gigathlon: Capítulo 1
Gigathlon: Capítulo 2

GIGATHLON: CAPÍTULO 3

Después de darle muchas vueltas a la cagada que ahora os cuento, la única explicación que se me ha ocurrido es que sin darme yo cuenta, mi cabeza pensara que la salida fuera a ser escalonada como en el prólogo. Y no fue así.

La salida tenía lugar a las 06h00 y yo llevaba despierto desde las 04h30. El tiempo se me echó encima sin yo percibirlo. Cuando me quise dar cuenta estaba saliendo de la caravana a las 05:55 y de camino a la salida me cruce con cientos de bikers que salían de marcha, unos con cascos negros como el mio y otros de gris, los que participan en parejas.

Llegué a la salida y no estaba mi bici. Alberto y yo nos habíamos cruzado. El crono seguía avanzando y lo peor de todo, el pelotón se me seguía escapando. La estampa era curiosa. Yo plantado en la salida y el juez en frente mía perplejo, con su cronómetro en la mano.

Llegó la bici y hubo que esperar al chip y al gps. Una vez todo puesto y el crono marcando casi 10' pude salir. ¡¡Menuda cagada!! Pasé por delante de mis padres y mi tía Auxi con la mirada perdida, llevaba la cabeza descontrolada, no hacia mas que decirme lo imbécil que era y pensar que 8 meses de entrenamiento para cagarla de esta manera. Tarde casi 10' en recuperar el control de mi cabeza y empezar a animarme a grito pelado. Solo eran 10' de retraso y tenía todo el día. Seguí gritándome a mi mismo no sé muy bien qué para motivarme.

Tenía que asegurarme de no perderme. A toda persona que veía, fuera de la organización o no, les gritaba "Gigathlon? Bikes?" haciéndoles gestos para que me indicaran la dirección. Quien será ese loco en bici con los ojos vidriosos y acento extraño se preguntarían después...

Me crucé con un par de vehículos de la organización que al verme se les abrían los ojos como platos. Mi planteamiento de carrera se había ido al traste antes de la primera pedalada. Quería ir tranquilo en la MTB para luego apretar un poco en natación y patines. No pudo ser. Los 12 primeros kilómetros fueron cuesta arriba y yo no hacía mas que apretar los dientes y pedalear fuerte para intentar enganchar a alguien. Tardaría 10 kms en dar alcance a la bici escoba... ¡¡¡a la bici escoba!!!

De ahí empecé a remontar algunos puestos. Quería coger una rueda pero ninguna me valía por lentas (claro, era la cola de carrera) así que tiré a mi ritmo. Ni las subidas ni las bajadas eran muy técnicas pero si que las pistas tenían mucho polvo. Inconscientemente seguía apretando. Sabía que estaba gastando mas energía de la debida y bajando demasiado rápido. Y pasó lo que tenía que pasar.

En una bajada sin darme cuenta me abrí demasiado y la rueda delantera todo el arcén del camino perdiendo adherencia en el momento. El costalazo fue inmediato, me caí hacia mi izquierda y me dio el tiempo justo a meter la mano derecha bajo mi hombro para proteger la clavícula. El resultado fue todo el lateral izquierdo raspado desde el gemelo hasta el hombro y un dolor en la mano derecha que no me permitía casi apollarme en el manillar.

De ahí a la transición todo mi atención se centraba en el dolor de la mano y en qué me podía haber hecho. Me daba lo mismo, con ella inmovilizada podría seguir en carrera con mas o menos dolor.

Cuando llegué a las transición había nervios en el equipo. Yo estaba ya tranquilo y contento pero lo demás lo habían pasado fatal, llorando y vomitando incluso al ver que me podía quedar fuera de carrera si me perdía o no llegaba a enlazar o cualquier cosa.

Me vendaron la mano, que ya estaba inflamada, y me ayudaron con el neopreno. Comí, bebí y a nadar. Estaba deseando sentir el agua fría y empezar a nadar. No tenía nadie cerca pero veía gente nadando todo lo que mi vista alcanzaba. Me fui hacia el centro del cauce. El agua no estaba tan fría como esperaba pero aún así daba gusto. Poco a poco fui cogiendo ritmo y enganché al primer grupo que pasé rápidamente. Iba muy cómodo y bastante rápido.

Iban a ser 9kms corriente a favor. La cabeza me pedía ir suave pero el cuerpo me pedía ir a por ese de ahí, luego a por aquel y luego aquel otro. ¡¡Las había pasado muy putas en la MTB como para privarme de disfrutar en el agua!!

Y así llegué a la segunda transición, donde volví a comer y beber todo lo que podía antes de encajarme los patines para lo que yo creía iban a ser 40kms patinando y coqueteando con la caída. Antes de empezar el Gigathlon mi único miedo era una caída en MTB o patines que pudieran hacerme retirarme. En MTB ya había besado el suelo así que se pagaba a 1,01 otra caída.

Pero finalmente los patines no fueron tan duros como esperaba. No hubo casi bajadas rápidas y las que había tenían llaneo a continuación. ¡¡En alguna de ellas llegué casi a los 50 por hora!!

Lo malo fue que no conseguí enganchar ningún "carrito" por lo que fui solo casi todo el rato. Fui unos kilómetros con un hombre que había tenido una avería en la MTB y me había parado por si necesitaba algo y ya nos conocíamos y algo después con una mujer que dijimos de darnos relevos pero me fue imposible ya que era chiquitilla y no me tapaba prácticamente nada.

En el kilómetro 30, para mi sorpresa, estaba la transición. Y para mi sorpresa también fue la rampa final que creo que fui de los pocos que subió sin ayuda de los voluntarios, aunque llegué directo para tirarme mientras veía como la que llegaba detrás mía caía y rompía a llorar. Llegada con mucho público que eso a mi me encanta. Durante todo el Gigathlon fuimos haciendo espectáculo en las transiciones y metas de forma que todo el mundo nos conocía y saludaba.

Tras el avituallamiento, ya con mis zapas "a estrenar" me preparo a salir. Doy un abrazo a mi familia y choco manos con el público antes de salir e, iluso de mi, me dispongo a correr. Tras 200m de empinada subida al castillo de pueblo, salimos de este por un estrecho sendero igual de empinado. Decido andar y así haré durante los 2,5kms primeros. Me adelantan varias chicas y algunos chicos a los que consigo alcanzar en el llaneo. Pero vuelve a tocar subir y vuelvo a andar. Luego bajada demasiado empinada para mis cuadriceps y otra por sendero estrecho con muchas piedras y raíces.

Finalmente salimos a campo abierto. Voy corriendo pero no paran de adelantarme mujeres. Este sector de carrera está siendo amor/odio. Lo estoy odiando por su dureza, decían 18kms de carrera a pie cuando tenían que haber dicho 18kms de trail running! Pero por otro lado estaban las mujeres. Me iba enamorando de todas: jóvenes, mayores, rubias, morenas, pelo largo o corto...daba lo mismo me estaban dejando todas alucinado por su fuerza. Iban apretando los dientes y dándolo todo, cada una a su nivel pero todas a tope!! En esas iba yo que casi ni me importó unos pequeños calambres que me dieron en los isquios.

Llegué al área de transición donde desde anoche me esperaba mi bici. El sol pegaba fuerte y no había donde resguardarse. No fue mucho descanso. Bebí y comí todo lo que pude. Alberto me soltó un poco las piernas, charlé un rato con ellos y me puse en marcha, total, ya solo quedaban 96kms de bici!!

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