martes, 20 de octubre de 2015

A2A: 140kms patinando del tirón!!

Nunca pensé que pasaría por la ciudad de Atlanta, en el estado de Georgia, pero tampoco pensé que haría lo que a continuación os cuento. Tampoco pensé que todo esto me iba a dar tanta felicidad.

Esta vez tendré que cubrir la distancia requerida únicamente mediante un deporte: patinaje en línea. Hasta el año pasado, cuando empecé a preparar el Gigathlon, nunca había visto en el patinaje mas que un entretenimiento. Mucho tiene que ver con esto el que mi técnica sea bastante "justita"

Como muchos ya sabréis, el reto que os cuento es la "A2A: Athens to Atlanta", la carrera de patines más larga del mundo. Mi objetivo es completar las 87 millas (140kms) de que se compone siendo el primer español en lograrlo.

Parecía que esta vez estaba bajo control. Todo el material estaba en la mochila, vuelos y hoteles reservados, coche de alquiler reservado también... pero siempre tiene que pasar algo que convierta el reto en aventura. A la vez que yo volaba desde Austin(Texas), desde Tulsa(Oklahoma) lo hacía Mery, que iba a ser mi "supporter". No tardamos en encontrarnos en el aeropuerto de Atlanta y una vez los abrazos dados, nos vamos a recoger nuestro coche de alquiler, ese que nos permitirá ir a Athens para recoger el dorsal y pasar la noche para el día siguiente por la mañana estar puntuales en la línea de salida.

Y empieza el lío. La amable señora del mostrador me dice que no consta mi reserva del coche, pero que puede ofrecerme uno para los tres días por 560$, sonriendo y todo. Obviamente mi pensamiento es "Nada, ya encontraremos algo". Empezamos a mirar las demás compañías de alquiler del aeropuerto pero ninguna dispone de coches libres. Pensamos que la mejor opción es ir a una oficina del centro y ver si allí tienen alguno. Pedimos un Uber y cuando llega le decimos que nos lleve a cualquier empresa de alquiler de coches que conozca. Nos ponemos en marcha pero el conductor duda y decidimos parar en el arcén de la carretera para llamar a las distintas empresas antes de presentarnos.

En cuanto empezamos a llamar nos damos cuenta de que todas están cerradas por ser sábado por la tarde. Sin coche no tenemos como llegar a Athens ni forma de que Mery se mueva de un avituallamiento a otro mañana en la carrera. Además no vamos a llegar al horario fijado para la recogida de dorsales... El conductor del Uber se parte de risa a la vez que alucina con que no haya ni un coche libre en toda la ciudad. A la desesperada le preguntamos si él podría llevarnos a Athens(mas de 100kms) y nos dice que si. Se tirará mas de la mitad del trayecto riéndose porque no se cree nuestra historia ni que él nos este llevando hasta tan lejos. Tiene que recoger a sus padres en el aeropuerto hora y media mas tarde y seguramente no llegue a por ellos pero está feliz echándonos una mano. Flor en el culo.

Aunque llegamos tarde, durante la charla técnica (muy familiar, el director de carrera contaba batallitas mientras comentaba los puntos peligrosos del recorrido) pudimos recoger el dorsal. Cuando acabó la charla, le preguntamos al director que si había algún coche de la organización que fuera de un avituallamiento a otro para que Mery fuera con ellos. Nos dijo que podía llevarla directamente a la meta lo cual no nos servía... Iba a tocar hacer amigos en la línea de la salida para que se pudiera ir acoplando en los coches de los demás "supporters".

Una vez instalados en el hotel, salimos a dar una vuelta. Compramos desayuno para la mañana siguiente y nos fuimos a cenar, Ni lo comprado para el desayuno ni la cena fueron lo ideal para el esfuerzo que iba a realizar la mañana siguiente pero eso no quita que disfrutara enormemente de una rica hamburguesa con sus patatas caseras con queso!!

Suena el despertador y, como siempre en las grandes ocasiones, al baño a una ducha helada para espabilar el cuerpo. Luego me visto y le explico a Mery lo que creo que necesitaré en cada avituallamiento. Queremos estar pronto en la salida para hacer amigos y solucionar el transporte de Mery. A las 06h30 estamos allí. Somos relativamente pocos participantes (118) y a muchos de ellos se les ve muy preparados. Rápidamente encontramos coche hasta el primer avituallamiento, a partir de ahí habrá que hacer malabares para ajustar tiempos.

Se disfruta muy buen ambiente minutos antes de empezar. Me sorprende que no suene el himno americano. Con un vocinazo dan la salida y la parte delantera del pelotón sale escopetada. En unos poco metros se ponen a 40kms/h. Yo salgo en la mitad del pelotón y controlando en la primera bajada. En la segunda curva encaro otra bajada y veo que se tiran sin miramientos, giro el cuello y veo que apenas quedan 10 participantes detrás de mi, abueletes la mayoría...

Delante de mi hay dos "carritos"(hilera de patinadores) a los que intento engancharme. Van fuertes y me cuesta cogerlos pero aún así me obligo a engarncharme al primero de ellos. Como otras veces me autoconvenzo de que me conviene apretar para estar en la cola de estas hileras. Poco a poco me voy dando cuenta de que van excesivamente fuerte para mi. Rodamos a 25km/h de media y encima en las bajadas me quedo atrás. Voy a tener que descolgarme aunque me quede solo, con lo que ello conlleva.

En cuanto perdí el "carrito" de vista miré hacia atrás y no vi a nadie. Me faltaban unos 120kms para la meta y temía que los iba a hacer en solitario. Para colmo el patín derecho hacía un ruido extraño cada vez que me impulsaba, como si la guía no estuviera bien ajustada. Mientras pienso en como afrontar lo que me queda de carrera veo a lo lejos el primer avituallamiento a la vez que escucho por detrás el segundo de los carritos.

Llego al avituallamiento pensando en beber, ajustar el patín y unirme al carrito que me persigue. Hago las dos primeras pero me sorprendo al ver que el carrito pasa por el avituallamiento sin parar. Me veo más solo aún. Estoy un poco tenso, he apretado mucho, quizás mas de lo que debiera y aún así parece que me voy a quedar solo toda la carrera, Espero por lo menos no acusar el esfuerzo que ha resultado inútil.

Mi planteamiento de carrera era hacer las bajadas muy controlado, llanear a buen ritmo y apretar en las subidas. Pero muy pronto lo de controlar las bajadas quedó en el olvido. Tras el primer punto de control hice la primera gran bajada sin frenar, llegando a los 50kms/h. ¡Una sensación brutal esa velocidad sobre patines!

Delante mía vuelvo a ver el carrito. Mi ritmo está siendo bueno, les recorto distancia en la subidas y se la mantengo en los llanos y bajadas. Paso a este primer carrito y sigo a mi ritmo. Adelanto también a dos que se habían descolgado del otro y consigo llegar a unirme. Me motivo, parece que no soy el único que ha empezado por encima de sus posibilidades!!

En el segundo punto de control el carrito se rompe y sale una pareja que participaban juntos, un tío con un mono de Spiderman y yo. A los pocos kilómetros me uno con Spiderman y desde ahí iremos juntos hasta el final. Es otra de las grandes cosas de estas carreras, sin conocernos de nada nos fuimos apoyado mutuamente durante los mas de 100kms que quedaban por recorrer.

La carrera transcurría por paisajes preciosos. Rodeados de bosques y granjas mientras rodábamos por unas carreteras que, para ser comarcales, estaban mejor que muchas nacionales de España. Otra cosa que me sorprendió gratamente es la siguiente: la A2A no esta registrada como prueba competitiva sino como marcha, por lo que las carreteras no están cerradas al tráfico. En Estados Unidos no existe la ley del 1,5m de respeto al ciclista y sin embargo los coches se paraban detrás nuestra el tiempo que fuera necesario hasta que ellos mismos vieran el carril contrario libre o hasta que nosotros les hiciéramos un gesto con nuestro brazo izquierdo para que pasaran, independientemente de que fuéramos a 10kmh cuesta arriba. ¡Espectacular la sensación de seguridad y respeto!

Acercándonos a Atlanta pasamos por algunas zonas con más tráfico, cosa que no es problema ya que en los cruces complicados hay un coche de policía dirigiendo el tráfico que siempre intenta echarnos una mano. El verdadero riesgo de la prueba vendría justo antes del Punto de Control 5, Una bajada de casi un kilómetro de longitud en la que, según la organización, se alcanzan los 70kms/h. ¡Decido que me voy a tirar a tumba abierta!

Me pongo en posición aerodinámica y la velocidad empieza a aumentar. Voy dando gritos fruto de la adrenalina. ¡Me encanta esta locura! ... Hasta que empiezo a notar que mi patín derecho hace extraños, me cuesta mantenerlo recto. Imagino que es el mismo tornillo que se ha vuelto a aflojar y en mi cabeza surge una pregunta "Si se suelta, ¿seré capaz de mantenerme sobre un pie a esta velocidad?" no quiero ni pensar el dolor de una caída a mas de 60kms/h, sería algo así como caerse con la moto!! Por suerte me quedé con esa duda, jeje.

En ese avituallamiento Mery me da la bandera de España y ya no la volveré a ver hasta la meta. Mi ritmo y tiempo está siendo mucho mejor de lo esperado. De seguir así llegaría en menos de 8h cuando mi planteamiento era de tardar entre 9 y 10. Entramos en la ciudad de Atlanta y ya siento que lo he conseguido. Dejo que mi compañero se adelante para disfrutar de mi momento de soledad, sentir esas emociones que me producen estas pruebas. Van a ser menos de 8h(7h55') patinando sin parar y 140kms en las patas. Me duele muchísimo el glúteo derecho y las lumbares, un muy pequeño coste para tan buen botín!!

P.D. Mil gracias a Mery por haberse pegado este viaje para echarme una mano.  Aunque suene a tópico, sin los supporter estas cosas no serían posibles.

domingo, 4 de octubre de 2015

Estar sano esta bien, pero ser Sanus mola más!

Empieza una semana importante para mi, una semana que termina con un nuevo reto, la A2A: la carrera de patines más larga del mundo.

Hace un año por estas fechas me inscribí en el Gigathlon y empecé a planificarlo, estaba perdidísimo. Lo primero necesitaba era buscar un profesional que se encargará de mi preparación y fue Chema Arenas quien me habló de Sanus Vitae. Nunca había tenido un entrenador personal y, aunque sabía que lo necesitaba, no me hacía especial ilusión. Encima este tal Rubén Gadea era de Valencia, no iba a poder conocerle en persona antes de decidirme, lo que me convencía aún menos.

Me informé tanto sobre él como sobre su Club, Sanus Vitae y pensé que por qué no. Le pedí su número a Chema y hablé con Rubén, le expliqué que el Gigathlon era una prueba única, distinta de lo que pudiera haber hecho hasta ahora, y mi particular forma de afrontar las competiciones. Fue una conversación agradable en la que me dijo que si, que el estaba capacitado para llevar mi preparación y que no habría problema, puesto que la comunicación sería fluida y se podría ir adaptando todo a mis necesidades. Noté que el reto también le ilusionaba y motivaba.

Ha pasado un año ya y me alegro mucho de aquella llamada mediante la cual pasé a formar parte de Sanus. Al mes nos conocimos personalmente, lo cual era importante para mi, en la Maratón de Valencia y ahí fue cuando ya me sentí seguro del todo.

Por supuesto el planning de entreno que recibo semanalmente funciona, y cada vez que lo necesito pregunto dudas o comento como me siento físicamente o el tiempo de que dispongo y es él el que se adapta a mi. Pero no es eso de lo que hoy quiero hablaros. Los que me seguís sabréis que para mi es muy importante tener cerca a la gente que quiero en estos retos y esta vez no va a ser posible. Y ahí Sanus Vitae es una gran ayuda también.

Es un club de deportistas (amantes del deporte) acorde a los tiempos que corren, presencial y virtual. Hay varios "núcleos", siendo el de Valencia el más grande y el de Madrid que le anda a la zaga. Nos comunicamos principalmente por un grupo de WhatsApp y no nos hemos "desvirtualizado" todos pero aún así hay un gran sentimiento de compañerismo y me atrevería a decir que de amistad. Es un placer cada vez que por fin conoces a alguien en persona! Somos gente de diferentes edades, diferentes deportes, con diferentes objetivos...motivos por el cual nos sería imposible entrenar juntos, por no hablar de cuadrar horarios...por lo que entre semana comentamos los entrenos y planteamos las mil dudas que nos surgen y los fines de semana nos apoyamos con las competiciones. Y esto es lo más grande.

Cada fin de semana hay alguno que se enfrenta a su reto del año y todos los demás estamos ahí pendientes de como le va, si lo va a conseguir, pasando información de en que punto y en que estado se encuentra, alguna foto del protagonista sonriendo o aguantando el tirón...se retransmite como si fuera la final del mundial. Todos nos sentimos participes y tanto si consigues tu objetivo como si por el motivo que sea no se da como esperado ahí está todo el grupo apoyando y, aunque sea virtual, hay cariño. A veces te implicas tanto que sientes que te gustaría estar in situ animando y viendo a ese compañero disfrutar de esas sensaciones y emociones que solo el deporte nos proporciona.

El domingo, cuando pase algún bache, sé que mi familia estará pendiente de mi y que me mandarán todas sus fuerzas, y serán las primeras de las que tiré, pero cuando estas se agoten sé que siempre podré sacar el móvil, conectar los datos y abrir el grupo para poner "Amigos, iba hecho mierda pero he leído esto y tiro! Garroteee!!!"

Así que, si ya eres un Sanus sabrás de lo que te hablo, y si no lo eres...te lo estas perdiendo!!!