lunes, 22 de septiembre de 2014

Madrid - Siruela 24 horas

(Twitter: @CendreroNieto Instagram: CendreroNieto Endomondo: Alberto Cendrero Nieto)

Desde hace años guardo en mi ordenador un archivo, junto al de la Route 66, con la ruta para ir a mi pueblo, Siruela, desde Madrid en bici. En coche son algo menos de 300kms y en bici algo más al no poder coger la A-5 (por ser autopista, aunque alguna vez veáis a algún cafre dando pedales por una de ellas).


Las primeras veces que lo pensé, no cogía la bici más que de Pascuas a Ramos, por lo que me lo imaginaba con mi antigua bici de montaña y mi saco de dormir, haciendo una o dos noches. Digo que me lo imaginaba porque no me lo planteaba realmente como algo factible.

Sin embargo a principios de agosto estaba cruzando los Pirineos del Cantábrico al Mediterráneo (post que aun guardo en el tintero) y tardé un par de días menos de lo esperado, por lo que me "sobraban" unos días de vacaciones y estaba bien entrenado de este último viaje en el que estuve siempre por encima de los 1000m de altitud llegando hasta los 2000m. Y no sé en qué momento se encendió la bombilla en mi cabeza "Me voy al pueblo en bici!!"

Y así decidí que el día 13 saldría por la tarde, cargado con luces y reflectantes, repuestos y herramientas, comida y kit de emergencia. Miré mi ruta y la "cargué" en mi "gps" y avisé a mi primo Jesús y a mi prima Inés de mis planes. Está bien hacer estas cosas sólo pero siempre hay que dejar avisado a alguien por si las moscas (o las rocas o los coches...) A mi madre no se lo dije porque con lo que se preocupa voy intranquilo yo por saber que ella está nerviosa, aunque hemos pactado que a partir de ahora si que se lo diré, ya os contaré como se da con la próxima! jeje

Bueno pues a eso de las 17h00 aparezco por casa de mi primo, en Getafe, con la mochila y todo listo. Mi idea es salir a las 18h00 y circular hasta bien entrada la noche y entonces descansar 2-3 horas y seguir tirando. La decisión de rodar de noche es porque de día hace demasiado calor y el calor fuerte me pegaría cuando llevase 6-7 horas en la bici, tendría que parar hasta el atardecer casi seguro.

Monto las luces y preparo bien todo el equipo. Llevo la camel-bag(2L) y el bidón con agua; barritas y gominolas para ir comiendo; tres cámaras de repuesto y las herramientas, además del chaleco, el frontal y los reflectantes. Finalmente me dan las 19h00 antes de salir.

Me pongo en marcha, tengo que cruzar Getafe y llegar a Fuenlabrada, y ahí ya cojo carretera comarcal que me irá llevando por pueblos hasta Alcaudete de la Jara, donde cogeré la M-502 y ya seguiré el mismo camino que con el coche. Creo que podré hacer una media de 25 km/h y solo tengo que centrarme en dar pedales y controlar lo que como y bebo para que el cuerpo tenga siempre combustible.

No hace mucho viento, mi mayor temor siempre que voy en bici, así que voy contento. La primera parte del viaje pasa por Griñón y Serranillos, pueblo que ya conozco de otros entrenamientos. Voy a buen ritmo aunque no todo lo cómodo que me gustaría de piernas para ir devorando kilómetros casi sin darme cuenta. Entro en Castilla la Mancha y nada más pasar el primer pueblo noto que la rueda trasera va floja, paro y le meto aire. En el fondo sé que esta pinchada y lo confirmo a los pocos kilómetros. Primera parada obligada y a cambiar la cámara. Me da rabia porque no he conseguido coger el ritmo que quiero y esto no ayuda.

Dejo Carranque y sigo peleando por mantener ese ritmo de 26-27km/h, paso el Viso de San Juan y en Cedillo del Condado cojo la CM-4004 dirección Casarrubios aunque antes de llegar cogeré la provincial TO-1927 que me llevará hasta Fuensalida pasando por Chozas de Canales. Y es al llegar a Fuensalida cuando se produce el momento crítico.

Noto que se me está mojando la espalda, la mochila va perdiendo líquido. No pasa nada,soy optimista, en Fuensalida la miro bien. Y en pleno pensamiento positivo vuelvo a notar la rueda trasera floja. Joder!!

Son aproximadamente las 21h00 y entro al pueblo la rueda trasera pinchada. Empieza a oscurecer. Me aparto a la entrada de unos salones de bodas para cambiar la rueda. Miro bien por dentro del neumático que no haya nada y encuentro un alambre que salía de la propia goma hacia dentro. Lo quito como puedo y coloco la cámara nueva y cierro la rueda. Comienzo a hinchar pero no coge aire, no sé si por venir defectuosa o porque me la he cargado al colocarla, me da lo mismo. Estoy empezando a cabrearme y le meto aire queriendo que se quede dentro, aun sabiendo que no va a ser así. Me siento en el suelo frustrado.

Sólo me queda una cámara (en el caso de que esta vez acierte) para todo el viaje. No había pinchado tres cámaras en las más de 200h de entrenamiento para el Ironman, y aquí llevaba poco mas de dos. Vuelvo a desmontar la rueda, paso el dedo agudizando el tacto al máximo por todo el interior del neumático, coloco la cámara con sumo cuidado y cierro el neumático con mi máximo de delicadeza posible. Empiezo a meterle aire y va cogiendo presión. Le meto toda la que puedo y ya. Se me pasa por la cabeza el pensamiento de que seguir es demasiado arriesgado.

Ha pasado casi una hora y por primera vez tengo dudas, me siento a relajarme para pensar mejor y al ir a beber agua veo un charco debajo de la mochila. Ya ni me acordaba! Está chorreando más que antes así que vacio todo el contenido que puedo en el bidón para no perder el isotónico. Ahora estoy sin cámaras de repuesto y con 0,6L de bebida y son más de las 22h00, ya de noche.

Aviso a mi prima Inés y mi hermano Alejandro que me están en el pueblo y les cuento cómo está el tema. Llamo a mi primo Jesús contándole la situación y diciéndole que no se que hacer (aunque en realidad yo creo que sí lo sabía y llamaba más para abstraerme un poco). Miramos hotel para dormir en Fuensalida. Cuelgo y digo que ya le contaré que hago al final.

Y tras 5min de pensar y relajarme, pensando que podía ser el primer reto fallido me digo "No tenías pensando dormir a la intemperie¿? Pues sigue, lo peor que te puede pasar es pinchar y tener que dormir al raso" Y así hice.

Me puse todas las luces que llevaba, traseras y frontal; el chaleco reflectante por encima de la mochila y una pegatina como las del Metro en el culo. Debía ser tan visible como sorprendente en mitad de la noche ya que los coches se apartaban muchísimo para adelantarme. Cruzo Fuensalida dirección a Torrijos, la rueda va bien y yo voy cogiendo ritmo. Es de noche, ha refrescado y es una sensación nueva para mí la de circular a oscuras.

Llego a Carmena a buen ritmo, ya habituado a la "visión nocturna" y sintiendo muy bien las piernas. Será por el relax que siento después de la tensión vivida. Rodar de noche es una gozada, puede parecer peligroso pero no lo es más que de día. No hay casi coches, y la sensación de ir tu solo en la noche es muy agradable, sólo sentía compañía cuando escuchaba ruidos en la cuneta y siempre pensaba "son animales asustándote de ti" y me llevaba yo el susto igualmente,jeje.

Enseguida llego a La Mata y de ahí a El Carpio de Tajo, las piernas cada vez van mejor, mi único preocupación es racionar el agua y buscar fuentes en las afueras de los pueblo, el viento va desapareciendo poco a poco. Se me rompe el cable del velocímetro pero me da igual, voy contento.

En Malpica de Tajo giro hacia el sur y empieza mi mejor momento, las piernas van a tope y llego a ese momento en que pedaleas como un robot, fuerte y suave al mismo tiempo manteniendo una buena velocidad que yo calculo por encima de los 30km/h. Aquí llega una sensación de felicidad que sólo puedes conocer en estos deportes de ultraresistencia, cuando sientes que estas devorando kilómetros sin esfuerzo y el cuerpo sólo te pide más y te sientes que puedes seguir dándole caña sin sentir nada más que satisfacción. Estáis tú y tu bici, todo lo demás no importa.

A este ritmo vuelo por San Martin de Pulsa y llego hasta Los Navalmorales, donde decido desviarme del itinerario marcado para atajar por Espinoso del Rey y aparecer en la Nava de Ricomalillo en vez de en Alcaudete de la Jara. Y como todo lo bueno se acaba...Error!(leer con voz de acierto.com)

Al salir dirección a Espinoso la carretera esta en mal estado y empinada, pero decido seguir un poco mas. Error de nuevo ya que a los pocos kilómetros se convierte en un camino (más o menos como debe estar la antigua que lleva al pueblo) y tuve que dar media vuelta y lo que es peor, volver relativamente hacia atrás para llegar a Alcaudete. Me va a costar entre una hora o dos este fallo.

Tras el disgusto de la equivocación vuelvo a coger ritmo aunque en mi cabeza ronda el continuo pensamiento de que si no fuera por lo de Fuensalida y esto llevaría unos 80kms más. Tardo una hora mas o menos en llegar a Alcaudete y decido dormir allí un rato. Son las 4 y dormiré hasta las 7, más que nada para descansar la cabeza. Encuentro un sitio cómodo, me como un bocata de salchichón, saco mi manta de supervivencia y cierro los ojos.

Suena el despertador y me despierto fresco, aunque no tanto  como debería porque empecé el día con una tontuna. Fui a la gasolinera y por lo que sea me dio por no parar a desayunar. Cuando me quise dar cuenta estaba haciendo los 25kms hasta la Nava de Ricomalillo (pasando por la herradura, que raro hacerla en bici) sin haber cargado las pilas. Al poco veo una finca que queda a mano derecha con una caseta de la que cuelgo una manguera. Decido parar a cargar el bidón y dejo apoyada la bici en la valla exterior. El suelo es de tierra y me cuesta andar con las calas. ¡¡No me costó tanto correr cuando de la casa principal salieron dos perracos ladrando como dragones y me di media vuelta hacia mi bici rezando por que no me siguieran!! Cuando me atreví a mirar atrás se habían quedado parados en la puerta y seguramente estaban pensando "Mira como corre el de las mallitas,jajaja"


Me centro en que ya no hay marcha atrás, que el que no tiene cabeza tiene que tener piernas y una vez llegado a La Nava me tomo un par de cafés con dos conchas y compro una botella de agua, además de rellenar el bidón y una lata de Burn.

Todo empieza a ir bien, buen ritmo aunque sin ser el espectacular de la noche anterior. Entretengo mi mente haciendo cálculos de a qué hora voy a llegar, imaginándome llegando directo a Merchán a por esos botellines que saben como en ningún otro sitio...

Voy pasando pueblos ya todos conocidos desde que empecé a ir a Siruela antes de tener memoria. Gargantilla, Sevilleja, Puerto Rey, la presa (hasta aquí volví a coger un gran ritmo) Castilblanco, Herrera... hasta llegar al desvío de la N-430, que en mi mente iban a ser unos kilómetros agradables pero no. Con el coche te alegras de que sea carretera en buen estado y puedes circular más cómodo, pero con la bici te das cuenta de que esta cuesta arriba! Pero ya iba deseando ver el cartel en el que podemos leer Garbayuela a la izquierda así que llegué bien y cogí la carretera deseando ver el cartel de "Siruela 10". Ya hacía calor y las piernas empezaban a quejarse pero ya sabía que había llegado, que no había forma de fallar.

Empiezo la primera cuesta pensando en que en breves bajo hacia el rio, me duele la rodilla izquierda y al empezar a subir hacia el cementerio siento un dolor agudo en el pie derecho que no me deja casi apretar sobre el pedal. Estos dolores seguramente llevaba sufriéndolos desde hace kilómetros, pero la tensión y la adrenalina los ocultaban, cosa que mi cuerpo ha dejado de hacer al relajarse por saber que ya llegaba, que ya estaba hecho.

Finalmente llego entro en Siruela tras mas de 300kms, 19h de viaje, de las cuales unas 14 mas o menos han sido de pedaleo, 3 de sueño y dos aprox. de solucionar problemas y paradas. Esa noche del 14 caerían otras pocas horas de actividad física, en este caso bailes y risas en las Fiestas de Siruela en buena compañía