domingo, 19 de mayo de 2013

Riaza B-Pro (¡Dame agua y barrizales!)

Pre-carrera:
La carrera empieza desde el viernes que tenemos que ir a recoger los dorsales a El Corte Inglés de Castellana y de ahí nos vamos a Decathlon a comprar lo que nos falta: unas bombas de inflar, cámaras y tarta energética, que la conocí a través del libro de Kilian Jornet y me apetece probarla.

A lo largo del sábado estoy inquieto, quiero que llegue ya el momento, Javi me ha hablado mucho y muy bien de la carrera y la espera se me está haciendo larga. Para abrir boca me pongo a preparar un par de tartas energéticas para Tony y para mi de cara al domingo. Es relativamente sencillo de preparar pero más adelante me daré cuenta que he fallado en la elección del molde y no han quedado hechas al completo.


Suena el despertador a las 6h45. No he dormido bien, me costó mucho dormirme(quizás por la siesta de una hora que me eche por la tarde) pero hay que ponerse en marcha. Me desayuno tres filetes de lomo metidos en un bocadillo y un trozo de empanada con una taza de leche. Lleno la botella de litro de agua que quiero beberme antes de la carrera para ir bien de hidratación. Puede que el desayuno sea excesivo y más sabiendo que aún queda la tarta, pero me cegó la gula (aunque mi desayuno habitual sería igual sólo que un filete menos y sin la empanada)

Dejé todo preparado el día anterior y Tony llega a recogerme a las 7h25. Ya estoy en el portal con mis cosas y cargamos el coche. "-¿Llevamos todo? -Si -Pues vamos". A los pocos minutos hacemos recuento de material y me doy cuenta que me he olvidado las calas (zapatillas que se enganchan al pedal) y las gafas de la bici. Media vuelta.

Ahora ya sí carretera y manta. Tenemos hora y poco de trayecto. Hace sol, buen día para la bici. A mitad de camino nos adelanta un coche que creo que es el de Marcos, le llamo y efectivamente. Desde ahí vamos viendo juntos como, a medida que avanzamos, se va nublando y va cayendo una niebla muy cerrada. El ambiente empieza a humedecerse.

Una vez en Riaza encontramos la zona de salida enseguida y aparcamos al lado. Hace bastante frío mientras montamos las bicis y nos vestimos y no parece que vaya a cambiar. Decidimos salir con el chubasquero. Nos acercamos por donde está todo el mundo y no paran de repetir por megafonía que el terreno está muy mal, que va a ser muy duro. Han acortado el recorrido largo de 80 a 72kms y recomiendan que todo el que no esté bien preparado se pase al de 40kms. Marcos y yo tratamos a la megafonía como a una madre: la escuchamos, sabemos que puede que tenga razón pero tiramos a por la larga.

Empieza la carrera

Nos ponemos en el pasillo de salida. Menos gente de la esperada. No estoy nervioso, no me sube la adrenalina, no tiene nada que ver con la salida del duatlón. Dan el pistoletazo de salida y nos ponemos en marcha, empezando por el pueblo y una cuesta abajo por carretera para salir de este, parece fácil. Al poco, tras una subida pronunciada que a mí me pilla frío y en la que me encuentro con Esteban (no sabía seguro si venía), nos meten por camino y empieza el barrizal, aunque "light" para lo que nos encontraremos luego. Vamos mucha gente, cuesta adelantar y que te adelanten. Me pone nervioso que la gente me achuche por detrás por miedo a chocarnos. De repente primera "montonera": hay que cruzar un riachuelo de metro y medio de anchura y un palmo de profundidad. La gente se baja de la bici para cruzar sin mojarse obligándonos a los demás a imitarles, no se quieren empapar, que ilusos!!

Aquí os dejo el vídeo de la salida. En el segundo 10 paso por la izquierda de la pantalla. Abrigo granate, bici blanca y pierna izquierda fuera del pedal http://www.corriendovoy.com/video.php?id=836&video=70482


Tenemos hora y media para recorrer los primeros 19kms y vamos un poco tensos porque no sabemos como es esto de duro. Vamos pasando charcos y barro que ya nos dan los mismo, tenemos los pies empapados y por consecuencia helados, sobre todo desde que hemos pasado un charco que me llegaba a medio muslo de profundidad. Cuando cruzas estos charcos mojarte es tu menor preocupación, yo sólo tengo en mente "pedalea pedalea" porque si me paro me mojo de verdad, y más si no me da tiempo a sacar el pie del pedal.

Ya vamos cogiendo ritmo, es duro pero asumible y pasamos por el primer avituallamiento. Marcos va tirando, tiene más fuerza que yo, no sé si lo acusará al final o mantendrá el ritmo. "¿Quieres beber Alberto? Que va, llevo la botella llena, ¡sigue!" Quiero aprovechar la zona de llaneo para que mi cuerpo se active bien pero al poco de pasar el avituallamiento paramos, Marcos lleva un peso que le está incordiando desde el principio y quiere perderlo. Mientras les espero me doy cuenta que he perdido la botella y que en realidad no llevo agua. No me preocupa me encuentro bien, pero bebo un trago de su botella por precaución.

Enseguida llegamos al km.19 donde se separan la ruta larga y la corta. A la derecha la larga, a la izquierda la corta... giramos a la derecha. Nos sobran 25min, parece que el fuera de control no va a ser problema. Por ahora es todo ligeramente cuesta arriba, se sube bien pero el estado del lodazal hace que cada kilómetro cueste como tres, la bici no rueda si tu no das pedales, no se la puede dejar correr. Marcos sigue más fuerte que yo. Esteban se nos había escapado pero en el primer avituallamiento solido (frutos secos, barritas, fruta y quesitos) lo encontramos y nos dice que no va muy bien. Seguimos juntos.

Durante todo el recorrido voy a tener varias motivaciones mentales. Una de ellas escribir el blog, tengo que esforzarme y hacerlo bien para evitarme la vergüenza de contar aquí que me he retirado. Otra es "ganar" a Esteban. Esteban es un amigo de Javi con el que yo tengo menos trato pero del que Javi me habla muy bien. Siempre me dice que va muy fuerte y que hace entrenamientos intensos por lo que para mí ganarle sería un logro.

Esteban está flojeando y Marcos y yo tiramos para adelante. Sigo cómodo y entramos en una zona de pista que en condiciones normales sería una gozada para meterle velocidad, pero al estar tan embarrado hay que conformarse con subir un poquillo el ritmo. Ya solo nos queda una curva "horquilla"y entramos en camino de nuevo. No sé que hago que casi me caigo al trazarla y en el impulso de sacar el pie me da un latigazo el gemelo. Me quedo extrañado porque no voy cansado y el gemelo no me suele sufrir con la bici.

A partir de aquí empieza lo duro. Cuestas arriba de poner el molinillo y pedalear ya con esfuerzo. Mi Rockrider 8.0 se comporta por ahora entre tanto pepino de bici alrededor. Cambia muy bien por lo que paso de molinillo a una cadencia más dura sin problemas. Este tramo termina con la primera subida jodida. Muy empinada y puedes elegir dos vías: sendero de barro tan ancho como la rueda de la bici o piedra pizarra con agua cayendo. Me tiro por el barro que ya le he cogido gusto y llega mi primera caída del día(habrá otra sin importancia) en una curva en la que la rueda delantera se me levanta a la vez que giro y me caigo esquivando un pedrusco. No hay dolor. Puedo seguir pero ya no podré montarme en la bici hasta el final de la rampa, donde hay un punto de control y avituallamiento líquido. Esteban llega cuando nos estamos yendo, con mejor cara.

Viene un tramo tranquilo antes de la primera subida gorda de verdad. Cuando llegamos a esta yo pongo el molinillo en la bici y empiezo a darle un poco sin pensar, de forma mecánica. Fueron entre 20 y 30 minutos de subida sin descanso. Ya llevamos unas horas pero es la primera vez que rompo a sudar de verdad. Sigo pedaleando sin parar e intentando no mirar lo que queda, cada vez que miro es un disgusto, no termina. Me gusta mucho esto del molinillo, prácticamente sólo tienes que preocuparte de pedalear, es más cansancio mental que físico. Sólo tienes que pensar "sigo pedaleando, suave pero sin parar"

Pero hoy he descubierto que no es así. Al poco de empezar, y con esfuerzo acumulado, notaba las piernas cargadas, lo que no es una sensación nueva ni me preocupa. Cuando ya llevaba un rato subiendo noto que sufren los abdominales, de respirar, y después el tronco, yo creo que de hacerlo todo lo profundo que podía. Aún así conseguí terminar, sin bajarme de la bici, lo cual para mí es un orgullo viendo la cantidad de gente que adelanté que no lo habían conseguido: Y llegamos a otro avituallamiento con comida.

Paramos brevemente para recargar fuerzas y seguimos tirando. Tras una cortísima bajada aquello parecía "The Biking Dead", todo el mundo caminando con su bici al lado y mirando al suelo, con cara de sufrimiento. Era una vuelta de tuerca más a nuestras piernas tras el puerto anterior. Yo tiro subido en mi bici cuando de repente mi cuerpo me regala una sensación desconocida para mí sobre la bici: ¡calambres!¡y en los cuádriceps! De repente noto como se me monta el derecho e inmediatamente el izquierdo. De milagro tengo el tiempo justo para desenganchar y bajarme de la bici, pero me faltó nada para tirarme al suelo para evitar el dolor. Bebí, caminé, me toque los muslos, estiré, en fin, todo lo que se me ocurrió. Fue un momento tenso, pensé que como no se me pasaran hasta ahí habría llegado.

Me uní a la hilera de zombis de a pie y en esas me alcanzó Esteban, que siguió para adelante. No podía permitirme el escribir aquí que me había quedado sin fuerzas y que Esteban me había pasado, todo a la vez. Me volví a montar en la bici y con suavidad fui comprobando que las piernas seguían funcionando. Yo creo fue más por el dolor que tenía en el glúteo derecho al empujar la bici a pie que porque no me dolieran los muslos. Esto se pone crudo.

Tenía a Esteban 50m delante y mis piernas iban recuperándose y finalmente conseguí alcanzarle y nos pusimos a hablar un rato con él (esto del pique por ganarle es sólo por mantener mi cabeza entretenida y no pensar en el cansancio) y poco después volví a tirar para adelante con Marcos. Seguimos subiendo, esta vez de forma suave, pero subiendo al fin y al cabo. Si hubo una bajada se me hizo tan corta que ni la recuerdo.

Y llegamos a mi momento de crisis. El zenit de mi sufrimiento. Un puto sendero por el que cae un riachuelo de agua, considerablemente empinado y con mucho barro. Por primera vez no hay absolutamente nadie que vaya sobre la bici. Empiezo a empujar, me duelen las piernas, los gemelos, los cuádriceps, lo del glúteo derecho empieza a ser serio, tengo que empujar la bici desde el lado izquierdo porque desde el derecho no puedo, si doy una zancada larga con la pierna derecha un pinchazo me amenaza para que no lo repita.

La gente me va adelantando, por primera vez estoy reventado tanto de músculos como de cansancio. Cada paso me cuesta más y ya casi voy pendiente de que no me patine un pie porque me caería y no se como me levantaría. Un hombre me dice que tranquilo, que sólo quedan 400m. Me dan ganas de darle una hostia ¡¿sólo 400m?! Me debió ver la cara y me dijo que luego venía una bajada larga. Un clavo ardiendo al que agarrarme. Miraba para atrás a ver si venía Esteban para un poco de charla pero nada. Intentaba hablar con los que tenía cerca para distraerme del cansancio pero ellos preferían guardar fuerzas para respirar que para hablar.

Llegué casi desfallecido a la cumbre. Ahí estaba Marcos esperándome. Lo único que me hacía seguir en estos momentos era el orgullo, porque las fuerzas ya me las había dejado a la mitad de la última subida. Comimos en el avituallamiento y nos volvimos a montar en la bici en busca de la bajada prometida y ¡sorpresa! Me duele tanto el glúteo que cada vez que empiezo a pedalear tengo que dar un bufido para aguantar el dolor. La bajada es un regalo ¡velocidad sin esfuerzo (casi)!

No os he comentado que a estas alturas mi bici ha sufrido tanto como yo. Y me lo está haciendo pagar. Voy sin freno delantero, lo que la verdad no me importa, pero los cambios no funcionan. Antes de cada subida tengo que pararme y poner el plato pequeño con la mano. Los piñones hacen los que quieren, el cable tan pronto va suelto como tenso, una auténtica tortura ya que de vez en cuando cambia sólo y es como si me pegaran un martillazo en el centro del muslo con el que estoy empujando en ese momento.

Según dice la gente después de la bajada ya sólo queda "la subida del río" y acabamos. De repente tengo fuerzas y esa subida me la hago enganchado a un hombre que llevo delante y al que termino dejando atrás. Sé lo que es, son las fuerzas que te entran cuando ya sabes que lo has conseguido y tu cabeza se relaja. Es una carrera muy física pero el mayor problema siempre es la mente.

Pero no era verdad. Después de esta subida viene una bajada muy técnica, llena de pedruscos, raíces y surcos. Una auténtica chulada cuando no llevas la paliza que llevábamos. Además a mi me va a suponer el que Esteban me coja y me adelante, este terreno es mi punto débil.

Tras este tramo de coquetear con la caída encontramos a la voluntaria que nos dice "¡Venga que estáis a 5 minutos!" Marcos y Esteban me están esperando para entrar juntos. Al final me han ganado los dos merecidamente así que me toca felicitarlos y escribirlo aquí ;-)

Menos mal que termina porque yo llevo los dos abductores deseando pegarme el latigazo final, pero deben estar esperando a que salte el cuadriceps derecho, que también está en el disparadero. La alegría y las risas pueden con los dolores y entramos en el pueblo, con la gente animándonos (que yo lo agradezco enormemente porque me da alas) y Laura y su madre recibiendonos en la recta final. 6h34min29segs hemos tardado.

Vídeo de entrada a meta: http://www.corriendovoy.com/video.php?id=836&video=70767


¡¡Somos "Finishers"!!



Una vez que acabas una prueba de estas te sientes feliz, te has esforzado y has sufrido, pero la satisfacción es proporcional a lo que has sufrido así que hoy estoy contentísimo. Toca limpiar bici y a uno mismo y descansar.

Quiero darle las gracias a Marcos por haberme ido esperando toda la carrera. Podía haberme sacado mucha ventaja y haber ido a su ritmo pero ha decidido adaptarse al mio y yo se lo agradezco un montón!


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Puedes verlo también en www.porquesiquierespuedes.es y en @PorqueSiQuieres


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